jueves, 20 de julio de 2017

Abuela de trapo, de Ángeles Durini

Hay objetos que toman valor por sus poderes o por su procedencia. Muchas historias de la literatura se han ocupado de hablarnos de objetos mágicos o de "valor sentimental". Anillos, pulseras, collares, espejos, muebles, trajes, libros. En este caso, el objeto es un trapo. ¿Es mágico? No tiene ningún poder, salvo hacerle creer a esa niña, por sus manchas, por sus arrugas, y por la propia imaginación de ella, que es su abuela de trapo. ¿Tiene un valor sentimental? Ese trapo no perteneció a ningún miembro del árbol genealógico de la niña, pero ahí está su abuela. En una historia sencilla, Ángeles Durini nos recuerda que podemos jugar con las cosas, algo que solíamos hacer de niños. ¿Porque quién no le encontró una cara a una cosa?, ¿quién no jugó con algo tan simple como un trapo, una piedra, un  palito, una latita?
 
 
El libro forma parte de los nuevos libros de la colección de Cuentos del Chiribitil, de editorial Eudeba. Está ilustrado ni más ni menos que por Nine.

lunes, 10 de julio de 2017

Gajos de naranja, de Françoise Legendre

Después de la comida, cuando era adolescente, mi mamá, mi prima y yo solíamos comer una fruta de postre. Aquella situación tan cotidiana, se tornó especial con el pasar del tiempo. No era solo comer una fruta. Era la oportunidad para hablar entre nosotras. En esta historia ocurre algo parecido. Los gajos de naranja son lo que comparten Petra y su abuelo. En realidad, más que eso. Es el despertar de cada mañana, que tu abuelo te comparta un mordisco de sol y una sonrisa al abrir los ojos cada día. Y que te espere por la tarde, después de la escuela, bajo un olivo.


Un día, como ocurre en la vida, la cosas cambian. El abuelo se pone enfermo. No come nada. Petra le lleva un mordisco de sol, antes de que suba al cielo. Y dejo a propósito la ambigüedad, tal como en el libro.

La historia es muy sencilla pero no por eso deja de ser interesante. Es mirar lo cotidiano con otros ojos, con ojos de poeta y dejarse inundar por los sentidos (en todos sus sentidos).

Las ilustraciones que acompañan el texto pertenecen a Natali Fortier y fueron cuidadosamente trabajadas, con el respeto que merece una historia así.

El libro que tengo en mis manos fue editado por Tándem ediciones. Los invito a que este libro sea como un gajo de una naranja. Tal vez, para muchos pueda serlo.



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